sábado, 30 de enero de 2010

No somos pecadores, solo somos egocentricos

1 Reyes 8:46 "Nadie esta libre de pecados"
1 Juan 1:8 "Si decimos no tener pecados, nos engañamos, y la verdad no habita en nosotros"

Bueno, antes de empezar quiero aclarar que raramente citare la biblia. No por nada en especial, simplemente gran parte de ella me perdio hace tiempo.
Pongamoslo como cuando un nene de 6 años se entera que papa noel no existe. Pierde su ilusion. Y algo asi me paso a mi, ya no la leo seguido porque perdi mi ilusion del dios biblico hace tiempo.

Aun asi, muchas palabras son de gran valor en mi mente, como son estos dos pedazos que inclui.

Hoy alguien me dijo que cuando uno tiene techo y comida asegurados, todo lo demas son fantasias de la cabeza.

Y si. Siempre esta ese deseo que es mas fuerte de lo que deberia ser, el tipo de deseo que siempre muestra la insatisfaccion. La eterna falta de satisfaccion del ser humano. A veces pienso que es la que nos lleva a cometer los mas grandes errores.

Dicho esto, pocos son los que logren aplastar ese deseo. Es el triunfo de deshacerse de un poquito de humanidad para hacernos mas divinos. Si, si, asi de milagroso es conformarse con el hoy y dejar de 'ir por mas' -como muy astutamente se publicita- a como de lugar, haciendo bien o haciendo mal.

Somos imperfectos, somos pecadores. El problema esta en que algo o alguien ya desde el comienzo, nos metio en la cabeza que se podia ser de otra manera. Que la existencia en realidad podia estar libre de dolor, y que en la vida todo podia ser justo. Lo tenemos tan grabado, metido, incrustado en la mente, que nos sorprenderemos una y otra vez desde el dia uno hasta el ultimo, cada vez que presenciamos lo contrario.

Nos han convencido de que la perfeccion estaba tambien al alcance de los humanos. Vaya a saber donde encontrarla y quien nos lleno la cabeza de esa manera.

Yo por mi parte lo culpo a Jesus. Con sus divinos sacrificios, su corazon de vaca y su desmesurado perdon.
Si, ese, que supuestamente vino a dar el ejemplo. Bueno gente, para que se desayunen, no lo digo yo, lo dice la mismisima santa biblia... JESUS ERA DE OTRO PLANETA, DE OTRA GALAXIA, DE OTRA CUNA! era el hijo de Dios, nosotros solo somos su experimento. A nosotros lo unico que nos toco es un abusivo ego grande como una casa que nos hace creer cualquier sarta de estupideces:

Que somos unicos con un sentido de absoluta superioridad -cuando en realidad, no en esencia, sino en conducta, la gran mayoria no hacemos mas que repetirnos a nosotros mismos y entre si una y otra vez-

Que somos espiritualmente individuales, con voluntades separadas, sin ninguna conexion inherente con el resto de los seres ni de otras, ni de nuestra propia especie -instalandonos asi en el centro del universo en todo momento con una identidad fabricada, separandonos mentalmente de todo y esclavizandonos en el tiempo-

Que podemos hacer lo que sea, -esto se convierte en una suerte de impunidad total para todo en la vida, desde opinar de lo que sea a porque no, matar-

Que somos merecedores de todo -y es asi como nos presentamos con las mas ridiculas demandas en nombre de lo que supuestamente y a nuestro pobremente infectado criterio se le hace JUSTO-

Que siempre tenemos un enemigo -y hacemos casi todo en contra de algo o alguien, siempre en pos de ganar o alcanzar algo cuando en realidad nunca nos movimos de donde estabamos, y la guerra que llevamos nunca se traslado a las afueras de nuestra mente, y el perdero y vencedor son siempre uno solo-


Que somos la especie mas importante del planeta -cuando en verdad nos comportamos mas bien como una plaga sobre la tierra-


Que el torrente constante de estructuras mentales detras de las que nos escondemos en verdad somos nosotros.

El ego te define. Te dice quien sos, a donde vas, y que tenes que hacer para alcanzarlo.

Pero el ego es un mentiroso. El ego te crea deseos por cosas y estados que en verdad no necesitas. El ego te obliga a estar a la defensiva en forma permanente, creandote enemigos invisibles a todo momento. Desde chiquitos ya nos involucramos y hasta enamoramos del arsenal del ego de manera tal que sin cuestionar asumimos que es eso quien nosotros realmente somos.

Y ahi esta el ego, cada vez que se levanta, sentadito en el trono de oro de nuestro ser. Disfrazado de honor, disfrazado de derechos, disfrazado de justicia, disfrazado de verdad.

Y asi se vuelve el ser humano en el protagonista de la historia sin fin. La eterna lucha de colocar al ego en su verdadero lugar. Su lugar de mera ilusion. De vacio. De mentira efimera. De humo.

Una y otra vez, una y otra vez, una y otra vez, una y otra vez...



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