sábado, 5 de diciembre de 2009

En el mar, en el amor...

No me gusta aceptar que verdaderamente detesto algo. Aunque a veces, lo acepto demasiado seguido. Detesto Buenos Aires. Es particularmente una ciudad que me asfixia. No por nada me la paso viajando. Salgo afuera miro para arriba y siento que no tengo perspectiva de donde estoy parada en el mundo. Son solamente puntas de edificio y mas de muchas veces, cielos grises. Tampoco ayuda mi triste fobia a la gente, los vehiculos y la contaminacion auditiva.

Cuando estoy aca, pierdo las ganas de salir de casa. Y me convierto sin querer, en una hermitaña, sumergida en la notebook, pintando, cantando, o lo que ayuda menos, trabajando en el estudio, que muy convenientemente esta en mi casa.

Ayer lo hablaba con Juan. Para él, que nacio, vivio y vive en la playa, estar una temporada aca, es momentaneo, pasajero, no aprieta tanto.
En vez de explicarle lo que siento cuando estoy aca, le explique lo que siento cuando estoy en el mar.

Es una sensación de conexion total. Me paro en la orilla y me imagino los mapas del pais, del continente. Los bordes dibujados por los cartógrafos, que marcan el final de la tierra el comienzo del mar, luego del oceano, luego del proximo continente. Y tomo conciencia de que estoy parada ahi. Estoy en ese borde, en ese final. Y me siento tan chiquitita, y a la vez tan conectada con el universo.

Me gusta vivirlo asi. Al igual que sentarme en ese mismo borde, sobre la arena, de noche, y mirar el cielo lleno de estrellas, que se vuelve oscuro como en los dibujos que se ven de la galaxia. Que uno se la imagina tan grande, tan vasta, tan lejana... cuando me siento ahi, de noche, en ese borde, bajo la cabeza me veo a mi, empiezo a subir, viene el mar, el reflejo de la luna, el cielo, y enseguida la galaxia. Esa que me imagino tan lejana, la estoy viendo directamente por encima mio. Y por algunos instantes me olvido de los miles de millones de kilometros que nos separan, y siento que entra ella y yo no hay mas que un monton de aire.

Es como una experiencia de unidad. Una manera diferente de contactarte con vos mismo, y con la tierra. La busqueda constante de nuevas perspectivas para una misma cosa, es clave para siempre pasarla bien.

Podria decirse lo mismo de esta ciudad. Cambiar la perspectiva para dejar de sentirme atrapada.
Puede que sea verdad que algunas veces le encuentro la vuelta a Buenos Aires.

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